ESTO ES POR LO QUE

La construcción esto es por lo que equivale a por esto es por lo que o, dicho de manera más sencilla, a por esto.

La construcción ha sido tachada a veces de galicada; pero no es tal, sino castiza, como acredita la Academia con citas de escritores de la época clásica:

    «… y lo que hay en mí que reprehender es que nunca acabo de pecar ni jamás me comienzo a enmendar. Esto, señor, es lo que a mí me congoja; esto es lo que a mí me atierra, y esto es por lo que en mí nunca reina alegría» (Antonio de Guevara, Epístolas familiares [1521 – 1543]).

    «Pues esta hermosura y grandeza del mundo —con la variedad de las cosas que en él hay, reducidas a aquella unidad que dijimos—, movió no solamente a los filósofos, mas también a todas las gentes, a creer que cosas tan grandes, tan hermosas y tan bien ordenadas, no se habían hecho acaso, sino que tenían un sapientísimo y potentísimo Hacedor, que con su omnipotencia las había criado y con su sabiduría las gobernaba. Y esto es por lo que David exclama en el salmo 18, cuando dice “los cielos denuncian la gloria de Dios, y las obras de sus manos predica el cielo estrellado”, etc.» (Luis de Granada, Introducción del símbolo de la fe [1583]).

    «Considerad al mozo sin seso de hombre que, confiado de sí, presume de se conservar en el bien, desasiéndose de la doctrina de los sabios, y vereisle luego caído en mil vilezas, y esto es por lo que quiso librarse de la gobernación de su padre; y la doctrina cristiana nos enseña que la gracia, por mucha que uno tenga, no confirma al hombre en la virtud…» (Juan de Pineda, Diálogos familiares de la agricultura cristiana [1589]).

    «Lástima tengo a la niñez que gastas en estudios menos provechosos que los juguetes y dijes, porque estos divierten y entretienen, y aquellos embarazan y persuaden a lo que después no admiten (sin gran dificultad) desengaño. ¿Quién te ve fatigar en silogismos y demostraciones, no pudiendo, si no eres matemático, hacer alguna? Fatigarte en lógicas mal dispuestas y menos importantes, y en filosofía natural (así la llaman ellos), siendo fantástica y soñada, y en las burlas de que se ríe Persio cuando dice que “andan los afrentosos solo cabizbajos, horadando el suelo con los ojos, riendo entre sí (con murmurio) rabiosos silencios, pensando (con hocico) las palabras, meditando sueños de enfermos de muchos días, como si dijésemos “de nada se engendra nada”, “en nada, nada se puede volver”. ¿Por esto amarilleas?, ¿esto es por lo que alguno no come? Estos son (dice Persio) los que ríe el pueblo. Y yo te digo que estos son los que hoy estima y los que debía despreciar» (Francisco de Quevedo, La cuna y la sepultura [1630-1633]).



FEDERICO LLAVERÍAS, Vicios de la dicción castellana, Academia Dominicana de la Lengua, 1940.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [Fecha de la consulta: 8 de octubre de 2019].
Libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fecha de consulta: la misma).

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