¿«CERDEÑA» O «SARDINIA»?

Sardinia es el nombre latino de la isla del Mediterráneo a la cual nosotros llamamos Cerdeña.

Comoquiera que tal nombre es el que usan los anglosajones, algunos críticos han dado en suponer que el hispanohablante que dice Sardinia en lugar de Cerdeña incurre en anglicismo reprobable.

Pero la Academia se encarga de desvanecer tal sospecha, pues ofrece en su CORDE citas de escritores antiguos que prueban que nosotros siempre hemos dicho también Sardinia.

Así, por ejemplo, copiamos aquí estas de la obra de Gabriel de Toro Tesoro de misericordia divina y humana [1548]:

    «Y en Atenas había un lugar llamado Pritaneo, como colegio de pobres honrados, en el cual daban alimentos a todos los que habían servido a la república. A los jubilados notorio es que les daban alimentos o haciendas en que viviesen a la vejez. Y en Sardinia escribe Vitruvio que hicieron un colegio de viejos en los palacios del rey Creso para descanso y recreación de los ancianos».

    «Y no solamente daban alimentos perpetuos a los jubilados; pero aun a los que salían vencedores en los juegos y fiestas, después de haberlos coronado con gloria y regocijos grandes, dice Vitruvio que los volvían los griegos en carros triunfales a sus patrias, dándoles alimentos perpetuos la república. Colegios avía de jubilados, como cuenta Vitruvio que le tenían los de Sardinia».


Y hallamos Sardinia en estas otras citas de la traducción de los libros de Historia natural de los animales, de Plinio [1599], traducción que hizo Jerónimo de Huerta:

    «Los egipcios hallaron el tejer; los lidos, teñir las lanas en Sardinia; Closter, hijo de Aracnes, el uso para hilar las lanas; Aracnes, el lino y las redes; Nicias Magarense, el arte de lavar los paños; Boencio, el coser».

    «Los lobos son animales tan comunes que en todas partes se crían, excepto en Sardinia y en el monte Olimpo y en la isla de Creta, donde refiere Aristóteles —aunque fabulosamente— que no nacen osos ni lobos ni víboras ni otro animal venenoso por haber nacido allí Júpiter».

    «El musmón, aunque algunos entendieron ser un asno pequeño que llaman sardo, lo más cierto y verdadero es ser un animal bastardo, hijo de cabra y carnero, como nuestro autor escribe, a quien sigue Alberto; y lo mesmo confirma Estrabón, el cual dice que en Sardinia y Córcega se crían carneros que en lugar de lana tienen el pelo de cabra y que los llaman musmones. Éstos y la ofiana son una mesma cosa, porque son animales particulares de Sardinia, menores que ciervos y de pelo grueso como la cabra, y con cuernos como carnero…».


Y emplea Sardinia también varias veces Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán en El cautiverio feliz [1673]:

    «… que, aunque los antiguos romanos hallaron a la isla Tiburtina por de tan buen cielo y constelación que juzgaron que sus habitadores se hacían eternos, y de la isla Sardinia, al contrario, porque los que en ella entraban todos perecieron, dijo Marcial que cuando la muerte se embravecía, era lo propio la una que la otra: “Nullo fata loco possis escludere;/ cum mors venerit, in medio Tibure Sardinia est” (“si te viene a ejecutar/ la muerte en plazo cumplido,/ aunque estés favorecido/ del Tiburtino lugar,/ no te puede aprovechar/ su saludable terreno/ porque es el mesmo veneno/ que en Sardinia se contrata;/ y, si aquí por malo mata,/ lo propio hace allá por bueno”).
    Dijo el gran maestro Francisco de Mendoza de esta isla Sardinia y de la Tiburtinia que no se distinguía la una de la otra cuando la muerte llegaba embravecida, porque no hay lugar seguro para ella: la ciudad más saludable y la plaza más amena es igual su ciclo y constelación a esta isla Sardinia».



REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [Fecha de la consulta: 6 de enero de 2021]

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Comments
  • Manuel Manzanero
    Responder

    Siempre me llamó la atención que en España se utilizara la grafía “Cerdeña” para la entidad insular, alejando su pronunciación de la mayoría de lenguas romances (e incluso las peninsulares), mientras se aproximaba en cambio a éstas manteniendo el gentilicio de “sardo” para sus habitantes (en lugar de convertirlos en “serdos”). Siempre supuse que era un catalanismo arcaizante, previo a la normalización de esa lengua a principios del siglo XX: aunque en catalán se escriba actualmente “Sardenya”, con pronunciación similar a la “Sardegna” del italiano, pensé que quizá en tiempos se hubiera admitido, o hubiera predominado, la grafía “Cerdenya” (como en Cerdà / Sardà), calcada en español y adaptada a la pronunciación de éste (con la “c” como fricativo sordo en lugar de s, y la “e” atona como e y no como schwa). Sin embargo, parece más probable que la grafía venga de la época en que el español utilizaba el grafema “ç” antes del reajuste de sibilantes, asimilándose después al sonido z / c. No deja de ser curioso, no obstante, que haya algunos textos antiguos en español que también se refieran a la isla como “Sardinia”, tal y como se hacía en latín y siguen haciendo hoy los angloparlantes.

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