CONCUBINO

El DLE tradicionalmente ha recogido los vocablos concubina y concubinario, pero no concubino, para referirse a quienes viven maritalmente sin estar casados.

Concubino, que tiene muchísimo uso en América, entró en el diccionario académico hace pocos años. Hasta entonces, los críticos por lo general tachaban tal voz de bárbara.

En algunos diccionarios de lexicógrafos del siglo XIX (Salvá, Castro y Rossi, Zerolo…) se recoge concubino, aunque con el sentido de ‘homosexual pasivo’.

Pero que concubino es vocablo castizo —y que se puede usar con sentido general, como hoy día hacen los hispanohablantes del Nuevo Mundo— lo prueban algunas citas de escritores de la época clásica:

«Diodoro Sículo dice que entre los egipcios era cosa tan criminal descubrir los secretos que con vergonzosas penas castigaban a los que ajeno secreto descubrían. Y verifica esta ley con un ejemplo de un sacerdote egipcio, el cual en el templo de la diosa Isis violó a una virgen; y, como él y ella se fiasen de otro sacerdote, no curó este de guardarles el secreto, sino que, así como lo vio, lo descubrió a la justicia, la cual mandó que a los concubinos matasen y al sacerdote infamemente desterrasen» (Cristóbal Acosta, Tratado en loor de las mujeres [1592], folio 111).



«Puso el santo grandísima reformación en los clérigos, que en la deshonestidad y vanidad más parecían seglares distraídos que gente dedicada al servicio de Dios y de su Iglesia: estrechose en los gastos superfluos y redujo su persona y familia a los necesarios y decentes; quitó las ocasiones de avaricia a los que gozaban de las rentas eclesiásticas sin justicia ni derecho; castigó a los clérigos concubinos; reformoles el modo de vida…» (Antonio de Lorea, El grande hijo de David, Cristo, señor nuestro, tomo V [1673], página 49, columna 1).

NTLLE de la RAE (fecha de consulta: 17 de octubre de 2019).
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