ANTAGONISMO
El sustantivo antagonismo —de mucho uso hoy día— no se incluyó en el DLE hasta 1869. Con anterioridad había recibido críticas de algunos puristas —como Rafael María Baralt en su célebre Diccionario de galicismos— por entender que con los vocablos rivalidad, lucha y oposición la lengua castellana ya tenía suficiente.
Pero lo cierto es que el vocablo estaba bien formado y, además, se empleó en la época clásica, como lo prueban las siguientes citas de la obra de Antonio Pérez Ramírez Armas contra la fortuna [1698]:
«Sea, pues, regla para tu porte o émulo el que no te avances a la competencia sin la esperanza, a lo menos, de la igualdad; no te arrojes a ser atleta porque, cuando no puedas ya retirarte, te ha de hacer titubar el antagonismo…» (página 102).
«¿Qué razón hay para que en un antagonismo se conceda la palma al que fue menos valiente en la palestra?» (página 176).
«Pues, en las altercaciones o del ánimo o del cuerpo, ¿cuántos temores sobresaltan al hombre de quedar vencido en la palestra? El más satisfecho de su maña, fuerza o doctrina entra en el antagonismo medroso de que sea excedente el contrario…» (página 577).
NTLLE de la RAE (fecha de consulta: 9 de octubre de 2018).
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