ALTOS HECHOS

A algunos críticos les parece que decir altos hechos en lugar de hazañas, prodigios o proezas es galicismo, pues el hauts faits es propio de los franceses (y, comoquiera que los anglosajones emplean a veces high facts, también se podría considerar anglicismo).

Pero la propia Academia se encarga de desmentir tales sospechas. Así, en su CORDE nos ofrece buen número de citas de escritores antiguos que prueban que la expresión altos hechos siempre se ha usado.

Copiamos aquí algunas como ejemplo:

    «Habrás de saber, hijo, que estos hombres/ son los más desta vida ya pasados,/ que por grandes hazañas sus renombres/ han sido y serán siempre celebrados;/ y algunos, que de baja estirpe y nombres,/ sobre sus altos hechos levantados,/ los ha puesto su próspera fortuna/ en el más alto cuerno de la luna» (Alonso de Ercilla, La Araucana, parte II [1578]).

    «Verá el padre aquel valor/ —no de pecho femenil—;/ de cuantas la fama canta/ que emprendieron altos hechos/ puestas a graves estrechos,/ ninguna se te adelanta» (Juan de la Cueva, La constancia de Arcelina [1579]).

    «… porque cuando algunos hombres habían hecho altos hechos o hallado algunas novedades de gran provecho, aunque ellos fuesen de bajo lugar, por ensalzar su linaje llamábanlos hijos de algunos dioses; y, aunque fuesen de alto linaje, porque todo linaje de hombres es mortal, decían que eran hijos de dioses…» (Juan Pérez de Moya, Filosofía secreta de la gentilidad [1585])

    «Porque en una batalla milagrosa,/ ya reducido a pasos tan estrechos,/ venció la gente bárbara animosa,/ volviéndose sus flechas a sus pechos./ Cortó de Alcama el cuello la dichosa/ heroica espada, a cuyos altos hechos/ en larga, en inmortal, eterna suma/ no los podrá decir lengua ni pluma» (Lope de Vega, Jerusalén conquistada [1609]).

    «Mas, como vi después los altos hechos,/ indignos de mujer, dignos de Aquiles,/ quedaron mis recelos satisfechos/ reprehendiendo mis sospechas viles:/ que quien te ve romper muros y pechos/ dirá que son tus brazos varoniles;/ que el miedo, la flaqueza, y la blandura/ propios efectos son de la hermosura» (ibidem).

    «… y, por mostrar mejor si son soldados/ aquestos valerosos por quien digo/ que, como los estimo y reverencio/ por mucho más que hombres, más que hombres,/ fuera bien se encargara y que escribiera/ sus claros y altos hechos hazañosos;/ mas, como inculto, bronco, y mal limado,/ dellos informaré lo que supiere;/ que así satisfaré con solo darles/ todo aquello que valgo, alcanzo y puedo…» (Gaspar de Villagrá, Historia de la Nueva México [1610]).


No merece, por tanto, crítica.



MARTÍNEZ DE SOUSA, JOSÉ. Diccionario de usos y dudas del español actual (DUDEA), 4.ª ed. ampliada y corregida, editorial TREA, 2008.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [Fecha de la consulta: 13 de diciembre de 2020]

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