A FIN Y EFECTO DE
La expresión a fin y efecto de suele echarse a catalanismo o barbarismo, y se aconseja sustituir por la más abreviada a fin de.
Pero se usa desde muy antiguo, como vemos en las siguientes citas de la época clásica:
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«… el padre fray Alonso de San Antonio, difinidor general y procurador general de la Orden de la Santísima Trinidad Descalza, para este pleito y los tocantes a la redención, de edad que dijo ser de sesenta y un años, a fin y efecto de responder a los capítulos en ella insertos, habiéndoselos leído y jurado more sacerdotali de decir la verdad» (Rafael de San Juan, De la redención de cautivos, sagrado instituto de la Orden de la Santísima Trinidad [1686], página 388).
«… y, habiéndose formado competencia entre vos y la dicha nuestra audiencia sobre el conocimiento de la causa del dicho don Juan Pardo y también sobre la injusta prisión de su parte, en la Junta General de Competencias se había declarado pertenecer el dicho conocimiento a la dicha nuestra audiencia; y, siendo esto ansí, por vuestra parte se habían hecho ciertos pedimentos ante los del nuestro consejo pretendiendo interpretar el decreto de la dicha junta general de competencias, todo a fin y efecto de molestar al dicho su parte y tenerle, como le teníades, preso, y no volverle sus bienes…» (Ordenanzas de la real audiencia del reino de Galicia [1679], página 138).
No merece, por tanto, crítica.
MARTÍNEZ DE SOUSA, JOSÉ. Diccionario de usos y dudas del español actual (DUDEA), 4.ª ed. ampliada y corregida, editorial TREA, 2008.
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