TOCAR DE CERCA
Los críticos Baralt y Llaverías consideraban barbarismo usar tocar de cerca por ‘interesar’ o ‘tocar en lo vivo’, ya que el DLE originalmente solo le daba a tocar de cerca el sentido figurado de ‘tener alguna persona parentesco próximo con otra’.
Pero el sentido criticado es propio de nuestro idioma, como lo prueban las siguientes citas de escritores clásicos:
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«Pero, cuando el tocarme el objeto de este libro tan de cerca me pudiera poner algún escrúpulo de pasión para dispensar con algunas faltas que en él hubiera, me acabará de asegurar de ese peligro lo que al otro pintor, que, antes de firmar de su nombre las pinturas, las sacaba al juicio del vulgo, con cuyos pareceres o las aprobaba o las enmendaba» (Alonso de Salazar, Fiestas que hizo el insigne colegio de la Compañía de Jesús de Salamanca a la beatificacion del glorioso patriarca S. Ignacio de Loyola [1610], prólogo).
… el señor Octavio Corsini, como a quien tan de cerca le toca el procurar que la voluntad de su santidad se cumpla… (ibidem, folio 1 vuelto).
«… cada uno trata de su negocio, y lo que le toca de cerca eso le duele; que lo demás poca pena le da, poco sueño le quita» (Diego Niseno, El gran padre de los creyentes, Abraham [1636], folio 254 vuelto, columna 1).
«Cuando a un hombre no le importa ni toca muy de cerca el mal y daño del otro, aunque le vea azotar, ahorcar y hacer cuartos, ¡qué pocas lágrimas que le cuesta!, ¡qué pocos extremos de sentimiento hace!…» (ibidem, folio 255, columna 1).
«… porque, como trata de la restauración de Cataluña después de la entrada de los moros —y son cosas que nos tocan más de cerca—, se recibirán con más gusto» (Esteban de Corbera, Cataluña ilustrada [1678, obra póstuma], página 6).
«Después, cuando se llegue a la restauración de España, cuando Cataluña comenzó a tener nombre, términos y monarquía de por sí, distinta de las demás que en ellas se levantaron entonces, como vendrán a ser mayores las obligaciones —por tocarnos más de cerca y ser el campo más extendido—, será también mayor el cuidado de alargar la pluma en sus hechos…» (ibidem, página 135).
FEDERICO LLAVERÍAS, Vicios de la dicción castellana, Academia Dominicana de la Lengua, 1940.
NTLLE de la RAE (fecha de consulta: 15 de junio de 2019).
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