DOMÉSTICO
El adjetivo doméstico suele echarse a anglicismo cuando recibe el significado de ‘nacional, patrio’; pero este uso es muy antiguo en nuestra lengua.
El CORDE de la Academia produce algunas citas:
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«En general, la gran obediencia que en España se le tuvo causó su tranquilidad, tanta que —aun de antes que se perdiera hasta los días suyos, que se acabó de reducir y juntar toda ella con lo de Portugal en una corona—, jamás gozó tan gran quietud. Si se mira a los tiempos del rey don Juan el II —por no tomarlo de más atrás—, y a los del rey Enrique IV, su hijo, y de los demás reyes que la fueron recuperando, se verán revueltos en guerras domésticas, tales que causaron tal vez mayores daños que las armas africanas» (Luis Cabrera de Córdoba, Historia de Felipe II, rey de España [1619]).
«Y el que sin pasión leyere este canon de aquel santo varón no se atreverá a censurar las pragmáticas reformatorias. Y, porque no acudamos a doctrinas forasteras, teniéndolas domésticas en estos reinos, en el concilio toledano que se celebró el año mil quinientos sesenta y cinco, hablando con la majestad del señor rey don Felipe II, se hizo el canon siguiente…» (Pedro Fernández Navarrete, Conservación de monarquías y discursos políticos [1626]).
Y en la Red hallamos otras:
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«Considérese también si, estando la corona de España tan aborrecida generalmente —así por la observancia de la fe católica como por la emulación que tienen a su grandeza y prosperidad—, se debe tener por caso imposible que nuestros enemigos se juntasen a ofendernos, hallándose con tantos soldados pagados a nuestra costa dentro de España y soldados ofendidos y agraviados que pelean por su vida y por su hacienda y por su ley con rabia y enemistad entrañable. Y véase si, en caso que el turco acometiese por alguna destas plazas, y el inglés por las de Portugal o Galicia, y el francés por Navarra o Aragón a un tiempo, ternía España fuerzas para resistir a los enemigos forasteros y a los domésticos» (Marcos de Guadalajara y Xavier, Memorable expulsión y justísimo destierro de los moriscos de España [1613], folio 79 vuelto).
«Sea, pues, conclusión de todo este discurso que al príncipe le conviene la perfecta noticia de lo que sucede en sus reinos; y para ello el más eficaz medio es la audiencia, por ser espejo en que se ven no solo las acciones domésticas, sino la de otros reinos» (Fadrique Moles, Audiencia de príncipes [1637], folio 45 vuelto).
«Representó la grandeza de España, la inmensidad de sus riquezas, el valor de sus naturales, su inclinación a las armas, su lealtad y constancia en la amistad que profesaban, sin que peligros ni trabajos pudiesen alterarla; antes con igual fidelidad los hallaría siempre firmes y enteros en cualquier fortuna. Refirió los males que padecían con discordias domésticas o con guerras de extranjeros…» (Esteban de Corbera, Cataluña ilustrada [1678], página 167).
Ya Lázaro Carreter, aunque echaba esto a anglicismo, había hallado varias citas de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII (debates domésticos, guerras domésticas, enemigos domésticos, gente medio doméstica medio forastera…) con el significado que criticaba.
ALFARO JOVANÉ, RICARDO JOAQUÍN. Diccionario de anglicismos, editorial Gredos, Madrid, 1970 (2.ª edición aumentada).
Libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fechas de consulta: 30 y 31 de enero de 2019, 1 de febrero de 2019).
MORENO BENÍTEZ, DAMIÁN: La dimensión argumentativa de los adjetivos relacionales, tesis doctoral, Sevilla, 2010. Disponible en https://idus.us.es/xmlui/bitstream/handle/11441/15334/FG_Tesis-PROV15.pdf?sequence=-1
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. http://www.rae.es [Fechas de la consulta: las mismas ya referidas]