NATURALEZA DE LAS ACTIVIDADES DE ESTA PERSONA JURÍDICA
La causa que más ha impedido hasta ahora la constitución de una asociación de defensa de la lengua en España, a buen seguro, ha sido la común opinión de que tal persona jurídica debería estar vinculada, de alguna manera, con un partido político o que, por lo menos, tendría unos principios ideológicos determinados, los cuales habrían de ser aceptados, expresa o tácitamente, por todos sus miembros.
La ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DEL PATRIMONIO LINGÜÍSTICO DE ESPAÑA, precisamente, rompe con esa concepción, imitando el modelo francés y alemán, pues, como proclama al final del artículo 4 de sus estatutos, «la asociación carece de ideología determinada, por lo que participará en la vida pública siempre mirando a su fin, que es puramente lingüístico, y conforme a la legislación vigente». Ello significa que todas las personas —de derechas e izquierdas, creyentes y no creyentes— pueden unirse. La crítica ideológica o religiosa no constituye ni puede constituir jamás el fin de las actividades de la asociación, la cual pretende defender el castellano y las demás lenguas españolas en las circunstancias históricas actuales, en las que el idioma inglés amenaza no solamente con llenarlas de anglicismos, sino también —y esto es muchísimo más grave— con sustituirlas totalmente en la educación, el trabajo y el comercio.
Además, la falta de adscripción ideológica de esta asociación ha de entenderse como una manera de facilitar su actividad, ya que le permitirá criticar sin cortapisas a los políticos, que son los principales responsables de la situación en que nos hallamos, pues están permitiendo la anglicanización de España; y, si la persona jurídica tuviera alguna clase de dependencia respecto de partidos o ideologías, habría cierto temor reverencial a hacer las críticas, por lo que no podría cumplir bien el fin para el que se ha constituido.