DOCILITAR

El verbo docilitar significa ‘hacer dócil algo o a alguien’.

Hasta que la Academia lo incluyó en su diccionario manual de 1927 —y, solemnemente, en el usual de 1936—, algunos lo criticaban.

Pero está bien formado (se deriva de dócil de la misma manera que de fácil se deriva facilitar); y, por otra parte, ya lo habían empleado los escritores de la época clásica, como prueban las siguientes citas:

«No digo que la razón no mande aquella parte que el ímpetu de las pasiones rige; pero, como maestro que docilita la ferocidad indómita de un caballo —que no siempre le castiga—, algunas desórdenes le disimula» (Juan Pizarro de Aragón, Discursos de la razón [1629], folio 77).



«… se anticipó a señalar el remedio, facilitar el estilo y docilitar a los entendimientos…» (Miguel Sánchez, Imagen de la virgen María, madre de Dios, de Guadalupe [1648], página 38).



«… facilitolo Dios todo, que a su voluntad nadie resiste; juzgan las humanas por su auxilio docilitadas que hacen en su propria causa y obran lo determinado por los escondidos secretos de la providencia divina» (Antonio González de Acuña, Rosa mística [1671], página 159).



«Que aun siente lo insensible la mano que le acaricia; y, docilitando la rudeza, aun selvas y riscos vocean mudamente su agradecimiento» (Francisco de Echave y Assu, La estrella de Lima [1688], página 3).



«… confianza que, si se pudiera avenir con la inhabilidad de los ingenios —docilitados solo a correr por el campo anchuroso de la imitación—, hubiera absuelto a los teatros de tantas y de tan nunca bien respondidas contradicciones» (Diego Calleja, Talentos logrados en el buen uso de los cinco sentidos [1700], página 119).

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Fichero y NTLLE de la RAE (fecha de consulta: la misma).