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PERO SIN EMBARGO

La mayor parte de la gente cree que los que dicen pero sin embargo incurren en una repetición innecesaria, ya que pero y sin embargo son conjunciones adversativas que se usan en los mismos casos y significan lo mismo. A pesar de lo extendida que está tal opinión, la RAE, de conformidad con su Nueva gramática de la lengua española (2009), sostiene otra cosa:

    «Lo normal es usar solamente sin embargo, pero, en el contexto adecuado, el español admite la combinación —redundante, pero enfática— de las conjunciones pero o mas y sin embargo».


Aunque pudiera pensarse que esto es otra concesión de la Academia a los caprichos actuales de los hablantes, no es así: si acudimos al CORDE de dicha institución y miramos los textos que ofrece, comprobaremos que el uso de pero sin embargo es habitual en nuestro idioma desde antiguo.

Copiamos aquí algunas citas de las muchas que produce la RAE, suficientes para satisfacer al curioso:


    «… visto por el sargento de Moreruela que con los cincuenta arcabuceros los esperaba por las espaldas, hizo luego descargar en ellos los arcabuces; y, viéndolo Hesarráiz desde las torres de los muros, mandó disparar la artillería contra ellos y contra el campo, para que no los ejecutasen tanto, y una culebrina que estaba en la torre del homenaje mató tres soldados de la compañía de don Juan. Pero sin embargo, el sargento de Moreruela los apretó tanto con los cincuenta arcabuceros que, temiendo Hesarráiz que a la vuelta de sus muros se entrarían los cristianos en la ciudad antes que todos los suyos se recogiesen, hizo cerrar las puertas; y los que quedaron fuera, así de a pie como de a caballo, huyeron a una montañuela…» (Prudencio de Sandoval, Historia de la vida y hechos del emperador Carlos V [1604 – 1618]).

    «Por tanto, digo y declaro que, si yo muriese antes y primero que nos veamos el rey mi hijo y yo, mi cuerpo se deposite y esté en dicho monasterio, donde querría —y es mi voluntad— que fuese mi enterramiento, y que se trajese de Granada el cuerpo de la emperatriz, mi muy cara y muy amada mujer, para que los de ambos estén juntos. Pero sin embargo, tengo por bien de remetillo, como lo remito, al rey mi hijo para que él haga y ordene lo que sobre ello le pareciere, con tanto que, de cualquiera manera que sea, el cuerpo de la emperatriz y el mío estén juntos, conforme a lo que ambos acordamos en su vida…» (ibidem).

    «Tertuliano dijo muy bien: “Quiere la guerra el soldado por la esperanza de la vitoria: porque nadie padece por su gusto, mayormente rodeado de peligros, y temores; pero sin embargo, pelea con todas sus fuerzas y, vitorioso, alaba la guerra el que antes la condenaba: porque interesa honra en vencer y provecho en saquear…”» (Juan Márquez, El gobernador cristiano [1612 – 1625]).

    «Verdad es que, como dijo san Ambrosio, la valentía del hombre no consiste solo en las fuerzas corporales, antes más en la determinación del ánimo y en el brío del corazón: porque se han visto muchos por una parte membrudos y de fuerzas, y por otra, medrosos, como Roboán, que dijo de sí que el dedo menor de su mano era más doblado y grueso que la espalda de su padre Salomón; y la Escritura le calificó por cobarde y inhábil para la guerra: Erat autem Roboan rudis, et corde pavido, et non potuit resistere eis. Pero sin embargo, es menester cuerpo entero y no debilitado para que el ánimo de mayor esfuerzo sobrepuje al peligro y no llegue a desconfiar de la vitoria» (ibidem).

    «No puedo persuadirme que Artemio me la hurtase, que le tengo por hombre de bien; pero sin embargo, es justo hacer la experiencia en todos los que aquí estamos: vayan luego antes que llegue a su casa y tráiganle ante mí» (Matías de los Reyes, El curial del Parnaso [1624]).


    «A esto se puede añadir que, aunque las cédulas que eximen de diezmo a los indios, sean tan generales e indefinidas, todavía, según las reglas de derecho, se deben restringir a la materia de que se trata y a los casos y personas en que milita el intento que llevan y la razón en que se fundan, especialmente cuando estamos en materia odiosa y que se aparta de los preceptos comunes, cual dejamos dicho ser esta de no pagar diezmos, y que, por consiguiente, reciben estrecha interpretación.
    »Pero sin embargo, tengo por más acertado que, por ahora, no se innove nada en esta materia, porque, aunque los caciques no paguen tributo,
    gobiernan, animan y ayudan a los que los pagan y cuidan de cobrarlos y de que se labren y cultiven las chácaras de comunidad…» (Juan de Solórzano y Pereira, Política indiana [1648]).

    «… parece que podríamos decir que, pues los virreyes, y gobernadores son delegados del príncipe en lo tocante a esta facultad de encomendar, la pueden y deben tener para subdelegarla en otros en los casos que les pareciere, como en otros semejantes está declarado en derecho.
    »Pero sin embargo, se ha de tener y resolver lo contrario, porque, aunque la regla común de estas subdelegaciones es la que se ha referido, siempre se limita en los casos y cosas en que por su importancia y gravedad se puede entender que se miró, y buscó la autoridad e industria de la persona, como lo enseña el mismo derecho y los que le glosan» (ibidem).


    «Y contra ellas se puede oponer la vulgar regla del derecho que dice que no se debe el salario no concertado, la cual aplican en proprios términos a estos vicarios y visitadores, Puteo, Mohedano, Marta, Farinacio, Flaminio Parisio, Antonio Naldo, refiriendo una decisión de Rota en que dicen haberse juzgado en esta conformidad.
    »Pero sin embargo, lo contrario se suele practicar comúnmente, más de equidad que de rigor de derecho, especialmente cuando los vicarios o visitadores son personas que suelen vivir de sus letras y abogacía, o los prelados acostumbran hacerles estas pagas, o los derechos judiciales que llaman del poyo son tan tenues que no pueden sustentarse con solos ellos, como lo resuelven algunos de los mismos autores en contrario citados y otros muchos…» (ibidem).


Pero sin embargo no es, por tanto, un error moderno ni una incorrección tolerada, sino una construcción antigua, propia de nuestra tradición, y cuyo uso tiene valor expresivo.




REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Dudas rápidas [https://www.rae.es/duda-linguistica/es-correcto-decir-pero-sin-embargo] y Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. http://www.rae.es (fechas de la consulta de las tres obras: 16 y 17 de octubre de 2025).

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