¿«ESPERAR ALGO» O «ESPERAR POR ALGO»?

El verbo esperar, cuando indica que se espera algo que se desea o que se espera a alguien, se considera transitivo. Así se dice: «Los agricultores esperan con impaciencia las lluvias» o «a los demás no les gusta esperarte». No suele verse con buenos ojos su uso intransitivo —seguido de un complemento introducido con la preposición por—: «Los agricultores esperan con impaciencia por las lluvias»; «a los demás no les gusta esperar por ti».

Como asienta el Diccionario panhispánico de dudas, la construcción esperar por, «aunque cuenta con algún antecedente clásico, en muchos casos puede deberse hoy al influjo del inglés wait for. Se recomienda la construcción transitiva (esperar [algo o a alguien]), que es la mayoritaria en el uso culto».

Pero ¿a qué antecedentes clásicos se refiere? ¿A autores de los siglos XVII y XVII? En esos siglos es cuando el idioma queda fijado; por lo que, si entonces se usaba el verbo esperar con la preposición por, no cabría tachar estrictamente tal construcción de anglicada.

Es la propia Academia, en su CORDE, la que nos da varios de estos ejemplos clásicos.

Y vemos que el importantísimo escritor fray Luis de Granada, que vivió en el siglo XVI y que siempre se ha considerado autoridad de la lengua, usaba dicha construcción:

    «Pues, siendo esto así, como el hombre glotón y comedor no espere por el hambre para comer —porque come más por vicio que por necesidad y come siempre sin regla hasta más no poder—, ¿qué gusto puede tener comiendo de esta manera? Mas, por el contrario, como el templado y abstinente no come por vicio, sino por necesidad, tanto come con mayor deleite» (Libro de la oración y meditación [1554]).

    «Y si esto no alcanzamos, mucho menos alcanzaremos lo que pasaría en aquellas ánimas bienaventuradas y las palabras que dirían a su Redemptor. A lo menos, es cierto que no dejarían de tener por bien empleados todos los trabajos pasados y tan largas esperanzas por solo gozar una hora de aquella tan grande alegría. Y así parece que dirían: “Redemptor y Señor nuestro, aquí habemos estado muchas ánimas esperando por vuestra venida por tantos millares de años como vos sabéis, detenidas en esta carcelería”» (Adiciones al «Memorial de la vida cristiana» [1574]).

    «Figura es esta de Cristo nuestro salvador, el cual pasó las aguas desta vida mortal con un palo en la mano, que fue el madero de la cruz, y agora vuelve con dos compañías, una de ángeles y otra de hombres: esto es, de las ánimas de muchos sanctos patriarcas y profetas que dende el principio del mundo esperando por su venida y le venían acompañando» (ibidem).


Otra cita que recoge la Academia pertenece al Tratado en que a la clara se ponen y determinan las materias de los préstamos [1543], de Luis de Alcalá, que tuvo gran importancia para asentar la terminología económica de nuestro idioma:

    «Si lo había de vender agora y lo doy al prescio que de presente vale y espero por los dineros hasta junio —o para otro tiempo alguno—, hago misericordia con mi próximo, que lo lleva agora fiado, pues le socorro en su necesidad sin llevarle nada por el tiempo que le espero. Pero, si llevo más de lo que vale agora cuando lo vendo, no por más de por que lo fío, es clara usura…».


Y esta otra cita pertenece a la Comedia llamada Florinea [1554], de Juan Rodríguez Florián:

    «¡Oh, válame Dios, que ya ha dado la una y no vienen ni han hecho señal a la puerta! Y mi señora, que estará esperando por mí, que la entré a llamar, pensará o que yo me he dormido o la hemos burlado».


Y, si buscamos en libros antiguos que se han digitalizado en Internet, obtendremos algunas citas más, como estas:

    «Poco antes había despedido a Manuel de Faria con su galeota para avisar a Sebastián Gonçales en Sundiva de su llegada. Abierta allí la instrucción del virrey, presentes los capitanes, hallose orden de que, sin esperar por Sebastián Gonçales, entrasen por el reino con las armas en el puño». (Manuel de Faria y Sousa, Asia portuguesa, tomo III [1675], página 270).


    «Día veinte y ocho: todo el antecedente hasta la noche de este presente día estuvo nuestro ejército esperando por el enemigo, conforme el reporte que habían traído los prisioneros; mas no se atrevió a acercarse, sino que, dejándose ver a lo lejos en la claridad de el día, se retiraba luego que obscurecía a la tarde, acuartelándose en lo más eminente y fragoso de la montaña». (Antonio Pizarro de Oliveros, Cesáreo carro triunfal [1687], página 171).


Todas las citas que hemos reproducido confirman lo que decíamos: que la construcción esperar por no puede tacharse de incorrecta. Que se use actualmente mucho traerá causa del inglés. No lo ponemos en duda. Pero repetimos: no es incorrecta; y, a lo más, podrá considerarse mero anglicismo de frecuencia, lo que significa que no debería condenarse siempre y en toda ocasión.




Libros de dominio público de GOOGLE BOOKS (fechas de la consulta: 20, 21 y 22 de agosto de 2024).
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario panhispánico de dudas (DPD) [en línea], https://www.rae.es/dpd/esperar, 2.ª edición (versión provisional). [Consulta: los mismos días].
Banco de datos (CORDE) [en línea]. Corpus diacrónico del español. [Fecha de la consulta: las mismas].

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